Novedades
recent

El Hotel de los Ancestros


Llega la noche, cierro los ojos y me dejo llevar por el mundo mágico de los sueños…

Aparezco en lo alto de una montaña. Hay un hotel antiguo un poco deteriorado, pero ese aspecto de medio abandono le da un atractivo que me maravilla. El lugar es precioso, las vistas maravillosas. Observo la montaña, el acantilado cubierto de vegetación que cae por los lados hace que el lugar sea mágico, como sacado de un cuento o de una película. Las plantas y árboles son de un verde intenso, de vida, de brote, de nacimiento… El cielo es azul con alguna pincelada de nube blanca, perdida, como para darle sólo un toque de cielo veraniego, o primaveral. Se respira aire puro, de ese que sabe a libertad…

Pero como contradicción, me encuentro vestida de uniforme. Soy trabajadora del hotel. En breve abrirá sus puertas al público y debo ayudar a limpiarlo. Entro a la casa. Hasta el olor a antiguo, a humedad, me enamora. Quiero limpiarlo, siento que debo hacerlo. Pronto vendrá gente…Mi principal objetivo son los baños. Hay muchos, pero voy rápida. Entro a uno de ellos y está hecho un asco. Hay manchas de humedad, pero salen rápido. La pila y el baño tienen manchas, pero paso el trapo y el desinfectante y todo queda impecable en poco tiempo. Así voy, abriendo puertas, entrando a un lado y a otro. No cierro las puertas detrás de mi, cada sala comunica con otra. Entro a un baño por un lado y salgo por otro, llegando a un nuevo baño. Avanzo muy rápido.

Entonces llega el descanso. De nuevo estoy fuera, a la sombra de un árbol y observando el acantilado. No tengo vértigo, me invade una sensación de tranquilidad y alegría que hace que disfrute de lo que estoy haciendo. Desde mi sitio observo el hotel…me maravilla tanta belleza.

Entonces veo que mi primer novio se acerca a mí. Está algo nervioso, pero contento. Entonces me entrega un anillo. “No es el definitivo” me dice, pero quiere que lo tenga, quiere que nos casemos. El anillo parece de cartón, aunque es un material más resistente, pero sin llegar a ser metal. Sonrío.
Y ahí una alarma me arranca de ese pequeño paraíso para recordarme que debo levantarme e ir a trabajar…

Este sueño llega a mí en un momento de mi vida en el que me estoy sumergiendo en mí, queriendo aprender, queriendo conocerme y queriendo limpiar mi pasado (y el de mi familia) para sanar mi árbol genealógico. Es posible que ese hotel sea mi interpretación subconsciente de mi árbol familiar. Los baños son siempre el lugar que más fácilmente se ensucia, el lugar donde va “la mierda” y mi trabajo es limpiarlo. Lo preparo porque vendrán huéspedes…mi familia, mi descendencia. Y para ello debo unirme a un hombre. Supongo que, de ahí la propuesta de matrimonio, el anillo de cartón que “no es el definitivo” porque realmente no ha sido mi pareja definitiva. Pero ahí mi subconsciente me hace mirar al pasado, al inicio, recordándome que debo comenzar a limpiar desde muy atrás.

Cuando paso de un lado a otro no cierro puertas y unas salas comunican con otras. Eso tiene sentido porque en un árbol genealógico cada miembro conecta con otro, hay siempre una continuidad. Se abren puertas (nuevos miembros) pero no se cierran las anteriores porque son nuestros antepasados, que siguen conectados a nosotros.

Así que mi sueño me está recordando que sí, que tengo una obligación, pero que lo que estoy haciendo es hermoso para mí y para los que vendrán. 


Arenea
Unknown

Unknown

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.